Todos muertos

Chema está durmiendo. Lo agradezco. Hace demasiada calor en el cuarto. Me estorba su humanidad.
-(Qué se le va hacer) -Paula
-Jrrujru, jrujrruu -Chema
La presión del agua me relaja, dejo de notar el omóplato. Gracias.
-(Sigues durmiendo) -Paula
-Jrrujru, jrujrru- Chema
Este vestido está bien. Me veo bien de azul. Me rejuvenece y no me aprieta la barriguita.
-(¿Barriguita? Jajaja) -Paula
Pasear tan temprano, en la humedad del amanecer secando el frío de la noche, me sienta bien.
-(Huele a pan) -Paula
-Bom dia, o que você deseja senhora?
-Aquele -P
Coge un panecillo.
-Sim, obrigada -Paula
-Obrigado

Las calles todavía a medio despertar, ahora mordisqueando el calorcillo parecen más tristes. Hace unos diez días cumplí 39 años.

-Feliz cumpleaños cariño -Chema

-Gracias, gracias (vaya unas flores), son preciosas -Paula
-¿Qué prefieres, cenar fuera o encargarla para casa?- C
-(¿Encargarla? Una pizza, uno de esos kebab... ¡dios!) No sé, qué te apetece... -P
-Cómo veas, depende lo cansada que estés -C
-(Yo siempre estoy cansada. A tí te conviene) No mucho, pero mañana hay que levantarse, encargamos algo y ya lo celebraremos en Oporto -P

Responderse es difícil por eso no perdemos el tiempo en cuestionarnos. Hace tres años falleció mi padre, casi no nos veíamos, y no porque estuvieramos lejos uno del otro. Sencillamente con mandar al niño ya llegaba para ambas partes.

Creo que hablo más con mi trabajo (y no sólo de mi trabajo) que con mi familia y en realidad ya no me importa. Después de todo ni unos ni otros me van a acompañar en la caja de madera.

-Senhora!
-Obrigada -Paula

"-...la cremallera del bolso abierto." Avisarme para qué... si yo soy incapaz de encontrar las cosas, incluída la cartera.

-(Debería darle un hermano al niño)

¿Para qué? Para darle la oportunidad de odiarlo, de no perdonarle no sé qué coz de la adolescencia o ese dinero que no quiso prestarle, o esa cuñada (o cuñado) insoportable... Lo dicho, después de todo ni unos ni otros se van a acompañar...

Lo bueno de morirse joven es que no hay casi tiempo para las arrugas, ni para verificar cómo no han merecido la pena los muchos esfuerzos para lo que sea.

-(¿Cómo le irá a Luís con Javier cuándo ya no la puedan meter? Jajaja)

Pobrecitas abuelas y pobrecita yo. Verme en tal situación... Suena el móvil.

-(No quiero cogerlo. No voy...) ¿Sí? -Paula
-¿Dónde coño estás? -Chema
-Dando un paseo -P
-Te llevo llamando media hora -C
-(Ya será menos) Vale -P
-¿Desayunaste? -C
-Sí, no -P
-Aclárate -C
-Te veo en diez minutos en la cafetería que está enfrente al hotel -P
-Vale -C
Diez minutos. Diez minutos. Dentro de diez minutos todos muertos, las vidas nuestras, las rutinas, los esfuerzos, los enfados, los silencios, los planes, las broncas,... los vecinos... Y los vecinos escuchando.

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