Versus 1

         Tenía dieciocho años, estoy segura, porque aquel año empezaba Políticas y volvía a casa en tren. En mi camarote estábamos una mujer de unos cincuenta años y un hombre cargado con una mochila.  En cuanto entro aquel hombre, se presentó. Se llamaba Manuel, olía a cerveza y a ropa sudada y, en pleno invierno, llevaba los pies desnudos en unas chanclas. 

Mientras yo sentía como la mujer callada nos observaba, Manuel me hablaba sin parar y un par de veces me invitó a beber. Aquello debió preocupar a la otra pasajera pues antes de bajarse en Sanabria avisó al supervisor sobre nosotros. 

Así que enseguida apareció el revisor y dirigiéndose a mí sutilmente me ofreció un asiento en otro vagón. Recuerdo que lo deseaba, sin embargo, el cansancio y mi educación me lo impidió.

No hay comentarios: