La princesa compra un vestido de tules azules, calza zapatos de cobre y se evapora en perfume de tabaco mentolado. Camina a saltitos cuesta abajo desde la plaza del Trigo, gira a la derecha y se para delante de H&M. La muñequita no tiene gustos secretos ni perversiones sofisticadas y se emboba con pequeñas cosas: Un bolso nuevo, un foulard, una braguita que lleve escrito mimosa.
-Hola guapa
No se equivocan los sentidos que advierten el olor del cazafortunasnocturnas. La niña sonríe, se inquieta. Se mesa el pelo y disimula inocentes deseos de ser reina. Espera a su guardaespaldas y se recoge.
-Y es que es tarde para princesas y temprano para meretrices
Y la pequeña se dirige al Parque para huir en su calabaza.
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