Salomé

Marguerite! ¡Marguerite! ¡Marguerite!
Dulce noche de verano que te vuelves infierno. Rasgas las vestiduras del animal. Sangras. Poco. Respiras. Cada vez menos. Se ahogan tus impulsos. Se escapan las fuerzas y la voluntad.
-(¡Por favor, Marguerite, vuelve!) ¡Marg (te perdono todo) Marg-gue-gue-rit...!
Intenta convencer a tu amante que lo que guardas bajo los pechos no son pulsiones de maldad. Repite cada uno de los consejos de Lala mientras te cepillaba el pelo antes de salir hacia la escuela. Prueba a sonreir mientras analizas cada una de las cicatrices del sexo cobrado. Devuelve las infracciones cometidas a la moralidad.
-¡Dios mío, dios mío!
-¿Qué te ocurre?
-¡Ahh!
-Tranquila mujer
Amargo!
-¡Jesús, mujer! Ni mi perro pone esa cara cuando me ve...
-¡Imbécil!
-Gracias
Corre el león tras la rata, no hay presa mejor.
-¿Tienes un hueco para mí?
-¿Ahora?
-Puedo esperar, aunque no mucho la verdad
-¿Traes...
-¿Dinero? Sabes que sí
-Preservativos
-Anda, ahora voy a tener que ponerlos yo...
-Mira no tengo ganas de bobadas -enfadada-, si quieres subimos al primer hotel que encontremos y nos ponemos a la faena
-Eso
-Ya pero con... -con seguridad- y aquí no tengo
-Hombre pues deberías
-¿Debería que?
-Ya sabes
-Y la policía debería ir armada, aún fuera de servicio
-Eso es más discutible
-Porque a tí no te conviene
-Vaya con la puta, ahora nos salió filósofa
-¡La puta! Sabes qué, esta puta te va a mandar a la mierda...
-No creo
Gobiernan los sentidos y la práctica. Hoy toca ser dominadora, están las energías a favor.
-Y, ¿si me dejases caer?
-No se perdería gran cosa
-A la perra de mi madre le gustaría
-Tal vez, pero no menos que a mí
-Marguerite
Se revuelven las tempestades.
-¿Qué haces?
-¿No te gusta?
-¡Suéltame!
-Antes me debes algo...

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