La mirada del adulto

-Trece
-Dime
-Me he hecho mayor
-¿Y eso?-perplejo
-Hoy he estado en el médico
-¿Y?-impaciente
-Me he reído de lo que ha dicho
-¿Y qué dijo?
-No importa
-Ah

Pasea por el cuarto, mientras gesticula con las manos.

-La semana pasada
-¿Sí?
-He ido a ver al profesor de los niños
-Vale, ¿y?
-Me he reído de lo que ha dicho. Hacia dentro, sin que el se diera cuenta.
-Bueno, sigo sin entenderte

Le pide paciencia con los ojos.

-Ayer
-¿Si?
-Me he encontrado con el guardia
-Ya
-Y te has reído
-No me he podido aguantar
-¿Y?
-He dormido en el calabozo
-Y por eso, te has hecho más viejo.
-No
-Vale, ¿queda mucho? Es que tengo más cosas que hacer -inquieto
-También me reí del cura, me envió al infierno. Y del vecino, la comunidad convocó una reunión extraordinaria, y del que se cruzó en mi camino, me puso una denuncia.
-Ya, ahora sí.

Se sonríen los dos. Llegar a la conclusión de que el que está enfrente es más pequeño, es de soberbios.
Ser soberbio es un lujo que se permiten los púberes y adolescentes y,
los que se dicen adultos...

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