Augasquentes

La fuente temblaba con la fuerza de un volcán y la sacerdotisa temía por el Bosque. Dudaba si ordenar la evacuación o esperar un milagro. Podría seguir diciendo que "y el milagro llegó", "y llegó del cielo". Pero no llovió ni una gota. Lì con su habitual tranquilidad, decidió que lo mejor sería hablar con el Lago.
De todos era conocido que en el Lago nacían pequeños manantiales de agua caliente (Augasquentes), a las que se les creía llenas de poderes curativos. Al Lago no parecía molestarle compartir el espacio con estas, más molestas en verano, con la calor, burbujas con altos niveles de yodo.
-Buenos días, Alkaian
-Buenas
-¿Has escuchado lo que dicen sobre Minne?
-Algo he oído
-¿Y qué piensas?
-Mírame
-¿Cómo?
-Míra mis aguas
-Sí, ¿y?
-¿No lo ves?
-Ah, ¿y Augasquentes?
-En Minne
-¿Qué me dices?
-No sé lo que pasa, pero se fueron, a lo mejor están enfadadas conmigo, yo que sé...
-¿Pero ocurrió algo?
-No
Lì pensaba en contárselo a Lí, y al mismo tiempo reflexionaba sobre cuáles serían las razones.
-Tenemos que hablar con Frey
-Pero habría que subir, y las Vocesdelviento nos lo van a complicar un poco
-No hace falta
Hacia la noche de ese día, Lí se acercó al cementerio y se dirigió a Mara.
-¿Por dónde anda Frey?
-¿Y luego?
-Quería hablar con él
-Y me preguntas, ¿por?
-Mara no te hagas la interesante que sé que viene a verte a menudo
-Jajaja - mitad avergonzada, mitad picarona- hoy igual no baja, tiene bastante trabajo en el nuevo hogar de sus Voces
-Y mañana, ¿tú crees...?
-Vente, de todos modos puedo mandarlo llamar
-Anda, hazme el favor
-Ok, vente a ver si consigo que esté
De camino a casa se fijó en las ventanas del palacio, había una encendida. Demasiado tarde, parece la del Príncipe.
-(Espero que no haya ningún problema)
El corazón del niño se ha parado. La madre está dormida. El soldado corre. ¿Dónde está el rey?
-Cógelo, tenemos que llevárselo al doctor.
-Ya lo he llamado, viene él para aquí.
-¿Y la reina?
-Sigue igual
-Menuda cabrona, y el rey en sus guerras
-Te van a oir
-¿Dónde está?
-Aquí
Se lo arranca de los brazos y lo pone encima de la mesa, comienza a desnudarlo.
-Necesita algo
-Quiere que le traigamos agua
-¡Fuera!
Detrás de la puerta del cuarto de su reina, una mujer respira a tropezones, sueña mientras muere. Delante de la puerta del cuarto del niño, un hombre intenta retrasar el sueño con la muerte.

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