La boda II

 Los colegas se casaron en la Robleda. Yo, como siempre, había llegao tarde. Pero en la misa, chaval, me dio tiempo pá leer lo que me habían mandao:  El poema ese del “Se querían” del Aleixandre.

Después del papeo del principio, donde nos pusieron de too, nos hicimos unos selfis.  Luego, fue cuando avisaron para sentarse en las mesas. ¡Muy guay y tal!

Pero, ¡Joer, entonces me reventó la cremallera! ¡Muy fuerte, chocho! Por desgracia, no vi a ningún tío bueno pa salvarme.

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