(Cuando niña)

Mi corazón siente tu mano en mi vestido,
tus labios en mi mejilla, tu carne en mi destino.

Y tus lágrimas, ellas en mi mente.

Todo tú se ahoga en el mar inmenso,
en el miedo del día tras la noche,
de la pesadilla tras el dulce sentimiento.

Esta tarde que nos cubre,
cuando nosotros no queremos ver.
Más allá, amigo, mío,
¿no te das cuenta?, ya no,
no es tan misteriosa.

¡Ay! El miedo, mi miedo.

Abrázame, amigo mío,
aprieta los puños entre los dedos,
esconde el alma propia.

¡Mírame!

¿Qué es lo que hacemos?
Duerme en mi hombro,
sueña en mis manos.

Detente en mis silencios
-habita en mí-,
vuela conmigo, y

DESCANSA.

No hay comentarios: