Fenilalanina

Desnuda encima de la silla del comedor, la que está más cerca de la ventana. Sin que mis pies toquen el suelo, abrazada a mis rodillas, espero: A que tú llegues y me cuentes qué tal has pasado la noche

Cogida al cactus de la cocina, respondes que es algo que no me importa. Y me obligas a esconderme en la billa de la bombona para dormir

Serpeando sobre el colchón mendigo caricias de almidón y aguardo... tu sonrisa

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