El turno de los buitres

-¿Trece?
-¿Sí?
-Necesito una copa
-¿A estas horas?
-En este momento

Se acerca a la sala de descanso y sirve un café con coñac.

-¿Te sirve esto?
-Puede valer

La pausa termina en el instante en que:
-¿Me harías un favor?
-Depende
-¿Te acostarías conmigo?
-¿Idiota?

La pausa comienza en el instante en que:
-(Se derrumban mis energías
-¿Qué te ocurre?
-Detrás de mí, el jefe.  Me grita que mi sueldo es superior a mi productividad
-Estate tranquilo
-Delante, cientos de animales dispuestos a sustituirme)

Le mira de nuevo:
-¿Quién me asegura que el dinero que se invierte en ellos, llegará a mí?
-No entiendo

Delante del mundo:
-Mi jefe español vive en España pero -mirando a Asia-:

                          aquí fabrica sus pantalones,
 en este lugar  "bautizó" a su empresa, 
entre este país y este, minimiza los impuestos.
Ya en España:  Crea una fundación, 
exige menos obligaciones y más inversión -en SU empresa- 
al Estado, del que formo parte (y contribuyo).

Y presume, presume mucho
 de estar en la lista de los fantásticos.

Tomando impulso:
-Y culpa a la globalidad y a la competitividad
-Ya
-Y me chantajea con irse (-que se vayan)
-Ya
-Dicen que crean riqueza
-Ya
-Pero yo tengo la sensación de que nos están expoliando
-Ya
-No puedo seguir asumiendo la vergüenza de un país que se roba a sí mismo. La soberbia de un continente que no reconoce que la avaricia de unos, está destruyendo a los otros.  Y que en este mundo global se secuestra la honestidad del mundo entero

Y unos se ríen de los otros,...para hacerse más ricos.
Y se ríen de mí, mientras me intentan convencer 
de que mi sueldo es inmerecido