Por turnos

¡Es una zorra! ¿No la estás viendo? Sí. Pero, ¿qué? Has estado diez minutos hablando con él. Pero, si sólo... Ya, pero lo has acaparado y está dolida. Pero, yo...

Secuestradas las libertades, ¿compites conmigo? Por una nómina mejor, una receta, un amante. Condicionados los movimientos en la nocturnidad de las alevosías, me cuestiono si ser mujer me ha atraído a la visceralidad. Siento las náuseas de los que me miran el recto y, buscan en él un talón de aquiles.

¡Eres un hijodeputa! ¿Qué ocurre? Calla ¿Es por mí? (No me lo puedo creer) No te preocupes. Pero,... Es él. (¡Se ha vuelto loca!) Es un cabrón, si lo sabré yo.

Experimento el vértigo de aquellas que se suben a los tacones y disfrutan de vistas contaminadas. Yo solamente hice una parada aquí. Coincidí por casualidad.

Malas siluetas: disimular el nuevo vestido, la nueva postura en la cama -por las cervicales, más que nada-, el nuevo encargo de la jefa. Nuevo taxi -o chófer, no sé-, en el viaje que me lleva a casa -sola-.

La muy puta, siempre quiere ser la protagonista. No es así. Y a él, claro... No sé. Ya.

Pases anulados a las fiestas in de los lugares on. Me pregunto si mañana a él le llegará la noticia de que cobro cinco euros -seis, depende del pub- por media hora de compañía. De que empleo herramientas perversas en la acción de cazar ambiciones. De que soy lo peor: puta, no te digo más.

(¿Mi nombre? No importa. No, no. No me hables, no te acerques.)

Arenas movedizas: le interesas. A Arancha, digo.



Y a mí sólo... competir conmigo misma.

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