Serena, confiada.

Suaves pasteles
desnudan al invierno,
sobre el cadáver del helecho
corren lombrices tras alimento.

Alfombra sonrosada de camelias,
lágrimas de estrellas.
Sobre la rama -bajo las camas-,
arrullos de súplica sumisos
del amante, vanidosos suspiros
del amado.

                                 Fuera, el deseo.
Dentro, mi deseo.

Consolada, sin sospecha.
Dulces delicias
visten la primavera.

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