Sozinha II

Descubrir que así, sola, me siento mejor. Que tu muerte me quitaría de encima esta amargura perversa de saber qué tipo de persona puedo ser si pienso en lo que ahora mismo estoy pensando.

Hacer el amor con el de la carnicería -cuchillo en el pantalón-, gritarle al perro de la del tercero -por no cagarse en la alfombra del cuarto-, lanzarte con el coche desde el puente mirando al Carrefour.

-De verdad, ¿qué eso es lo que quieres?
-No lo sé

Mi hijo está muerto desde el accidente. Eso es un muñeco que se baba, que se caga, que de vez en cuanto me balbucea y, cuando lo baño, ¡dios!

-No entiende que sea su madre
-Eso no es así
-Me da mucho asco
-Lola

No respondo de mis náuseas. La repugnancia es un reflejo natural, lo que me queda del instinto de ser su madre.

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