Uno


Bach no tiene nada que ver con Bach. El uno es el autor de Uno -más conocida por algunos es la obra de Juan Salvador Gaviota-, y el otro, es simple (y grandemente, dirían también algunos) Bach -Johann Sebastian, claro.
Hoy toca sin embargo pensar en el hombre menor, en el uno. Recordar la época universitaria (alargada en demasía) y plantearse qué hubiera ocurrido si hubiese conocido a Javier por aquel entonces -mi historia con Paula, mi hijo, e incluso, la propia historia con Javi-, si los caminos se hubieran entrecruzado antes. ¿Aún estaríamos juntos?

De mi virilidad ya no dudo, supongo que mi ex en su momento -pobrecita- lo hizo. En mi vida pensé que las cosas sucederían así, pero supongo que tampoco fue tan terrible -a pesar de los dramas de la madre de mi hijo.

-¿Le meto estos pantalones en la bolsa?
-Sí, que sino luego la abuela...
-Pero si va a hacer calor...
-Ya

Mirarle el culo es divertido, pero la mirada que se le pone cuando no está de acuerdo es mejor. Supongo que cuando la cosa sea seria, ya no me lo parecerá tanto.

-De verdad que...
-Amor, vamos en coche, mete lo que quieras...
-El maletero, aunque a ti no te lo parezca no es infinito
-La ropa del niño no ocupará tanto...
Y -así, así es como se pone- eso es lo que vi en la exposición de la CGAC aquel día. Si hubiera podido habría cogido el móvil -le hubiera sacado una foto-, pero a tanto no me atreví. Me conformé, para mi felicidad, con pedirle el suyo. Curiosamente no me lo dio.

-Tres días, para tres días
-Anda, dame un beso

Paralizado se quedó cuando descubrió que de mí dependía el trabajo para Redes. Le impuse tantas condiciones que tuvo que quedar conmigo hasta cinco veces antes de contratarles. Entre cafés y comidas, se dejó un pastón -me contó más tarde-, y cada vez me odiaba más.

-¡Son las tres!
-Lo sé
-Tu (ex)suegra no llega
-Hay tiempo
En la primera noche invité yo, puse la cama y el desayuno. Diría algo más, pero sonaría algo soez. Tres veces después ya quería venirse a mi casa, y esto, sí que precipitó las cosas.

Riing.

-Voy yo
Luego no me arrepentí, pero al principio me vi un poco acorralado, al fin y al cabo, yo había tenido la iniciativa. Si no hubiera sido así, Uno hubiera sido otro.
Y es que enredarme en una nueva relación obligadamente estable, resultaba cargante a priori. Sobre todo, porque apenas había saboreado los placeres de la concupiscencia, tan ansiada en algún momento.

A otro le hubiera gustado eso, y la pesadez, al menos por un tiempo, del sentimiento de soledad. Aunque a golpitos, me encontrase con las pataletas del pequeño. Pero Uno decidió otra vida contigo. Y lo decidió de inmediato.

-¿Lleva el abrigo?
-Sí (diosmío) -gruñendo disimuladamente- y el pantaloncito verde
-¿El que me mandó subir Paula?
-Ese mismo -se adelantó Luís
-Y, ¿le quedó bien?
-Sí -se volvió a apresurar a pesar de que no tenía ni idea
-No sé, igual le quedó un poco corto
-Está perfecto -reforzó cariñoso Javier. Y la abrazó.

Por eso sé que te quiero... No cabría otra posibilidad.

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